
Patas de pollo guisadas en una salsa muy especial


INGREDIENTES: (para 4 personas)
- Un kilo de patas de pollo (unas 20 unidades aproximadamente)
- 2-3 tomates maduros
- Una cebolla y media
- Un puerro
- 4 dientes de ajo
- Una hoja de laurel
- Una cayena
- Un chorizo ahumado
- Pulpa de 2 ñoras
- Una cucharada de pimentón dulce (o media de dulce y media de picante; según gustos)
- Una cucharada de harina
- Una copa de cava Brut Nature o, en su defecto, de vino blanco
- Agua
- Aceite de oliva
- Sal
ELABORACIÓN:
Las patas de pollo, conocidas también como garras, están incluidas en el grupo de alimentos de casquería y, a pesar del aspecto que tienen visualmente hablando, son una delicia para el paladar. Suelen conocerse como ‘adidas’ en México, ‘walkie talkies’ o ‘fugitivos’ en Sudáfrica, ‘ceker’ en Malasia e Indonesia, ‘dakbal’ en Corea y ‘garras de fénix’ o ‘pinzas de pollo’ en China. Están compuestas en su mayoría por pequeños huesecillos, piel y tendones, sin apenas nada de músculo, pero la textura y sabor que aportan a los guisos es única. En algunas elaboraciones, antes de servir, se lleva a cabo su deshuese para evitar que cualquier hueso, por pequeño que sea, nos altere el resultado final. Pero deshuesarlas según nos las vamos comiendo y rebañar cada uno de los huesos… es para chuparse los dedos.
En la receta que os presentamos hoy las hemos hecho guisadas con una salsa muy, pero que muy especial. ¿Acompañamos al Sr. Comilón a la cocina?
Las patas de pollo se suelen vender en bandejas, prácticamente limpias y listas para cocinar. Para 4 personas con unas 20 unidades es más que suficiente (un kilo aproximadamente). Para saber paso a paso y con detalle cómo las debemos limpiar para utilizarlas en cualquier guiso o elaboración, accede a nuestra sección: Técnicas de cocina.
Una vez limpias las añadimos en la olla rápida junto con un puerro, 4-5 dientes de ajo enteros limpios y sin pelar, una cebolla entera pelada, una hoja de laurel, un chorizo ahumado (si puede ser, fuerte de sabor como los asturianos), un chorrito de aceite de oliva y sal.
Añadimos una copa de cava Brut Nature o, en su defecto, de vino blanco, y cubrimos de agua, evitando añadir más de la cuenta porque la salsa resultante quedaría muy caldosa.
En nuestro caso hemos utilizado una copa de este tipo de cava, pero si no tenemos, podemos utilizar un vino blanco de nuestro agrado o cualquier champán. La diferencia que existe entre el cava Brut Nature y el resto, además de su intenso sabor y cuerpo, es la concentración de azúcar que contiene, siendo solamente de 3 g/l. Marida muy bien con carnes y asados de sabor intenso.
Ponemos la olla a fuego medio y, una vez que rompa a cocer, la tapamos. Cuando comience a soltar el vapor o a sonar (dependerá del tipo de olla rápida que usemos) contamos unos 30-35 minutos. Cuando acabe este tiempo apagamos el fuego y abrimos la válvula de la olla para que salga todo el vapor que se ha generado en su interior. Reservamos las patas de pollo en una fuente de cocina, separadas del caldo, que también reservaremos, y del chorizo y el resto de ingredientes.
Elaboración del sofrito:
Para elaborar el sofrito y darle el toque clave a estas patas de pollo, haremos lo siguiente: ponemos un chorrito de aceite de oliva en una cazuela grande y honda a fuego medio, picamos media cebolla en trocitos muy pequeños y pochamos.
Pelamos 2-3 tomates maduros no muy grandes, los picamos en trozos muy pequeños y lo echamos al sofrito removiendo bien para que se fría. A continuación, añadimos media cucharada de pimentón dulce, pero si nos gusta un cierto toque picante en las comidas, podemos añadir media de pimentón picante y otra media de pimentón dulce. En nuestro caso hemos echado una cucharada de pimentón dulce y una cayena desmenuzada para aportar el toque picante. Sea una u otra la opción que elijamos, sobre todo, debemos tener mucho cuidado con la cantidad que añadimos, no sea que nos pasemos. Añadimos la pulpa de 2 ñoras y sofreímos.
Para saber cómo debemos extraer la carne o pulpa de la ñora, pasa por mi sección: Técnicas de cocina.
Removemos sin parar para evitar que se nos queme e incorporamos unos 300 mililitros del caldo que habíamos reservado de la cocción, la cebolla, el puerro y los ajos ya sin la piel. Trituramos todo con ayuda de una batidora eléctrica y, sin tapar, lo dejamos cocer unos 20-30 minutos más a fuego bajo. Removemos de vez en cuando para evitar que se nos pegue en el fondo y, en el caso de que hiciese falta espesar un poco la salsa, añadimos una cucharada rasa de harina de trigo (opcional) dejándola que se cocine, y si ocurre lo contrario, añadimos más caldo. Incorporamos las patas de pollo a la cacerola junto con el chorizo troceado en rodajas finas, dejamos que cocer unos 10 minutos para que todos los ingredientes queden debidamente integrados… ¡y listo para servir! Os recomendamos comerlas con un buen pan de pueblo que empape la salsa y una copa de vino tinto como acompañante, quedaremos más que satisfechos.
¿Sabíais que las patas de pollo, al igual que los callos, están mejor de un día para otro? Con el paso del tiempo sueltan una gelatina en la salsa que… ¡¡¡las da un toque espectacular!!!


One Comment
Miki
Para mí que soy un rebañador profesional esto que usted publica es pura magia.