
Ensalada de carambola


- 2 carambolas medianas
- 6-8 hojas grandes de lechuga romana
- Un puñado de nueces
- 2 cucharadas de azúcar
- Un puñado de taquitos o virutas de jamón serrano durito
- Unas cuantas tiras de pimiento rojo asado
- Unos taquitos de queso gorgonzola
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- 2 cucharadas de crema balsámica de vinagre de Módena
- 2 cucharadas de miel
- 2 cucharadas de mostaza
- Sal

La ensalada que os presentamos hoy tiene como ingrediente principal la carambola. Esta fruta, también conocida como “fruta estrella”, de entre 7 y 12 centímetros de longitud, es originaria de Indonesia y Malasia, aunque su cultivo se ha extendido a países de Asia y América. No presenta una determinada época de maduración, por lo que podemos encontrarla en nuestras fruterías prácticamente durante todo el año. Aunque se trata de una fruta tropical, su importación a nuestro país cada vez es mayor.
Presenta una forma alargada y ovalada compuesta de cinco pliegues o alas que, al corte, su similitud con una estrella de cinco puntas es casi idéntica. Su jugosidad, su sabor agridulce y su textura crujiente hacen de ella una fruta deliciosa.


El árbol donde crece se llama carambolo. Es de hoja perenne y puede llegar a alcanzar incluso los 10 metros de altura. Sobre sus ramas crecen unas preciosas y vistosas flores de color rosa que dan paso al fruto.



Si al comprarlo presenta un color verdoso, debemos dejarlo a temperatura ambiente para favorecer su maduración. Una vez alcanzado este punto, lo conservaremos en el frigorífico entre 5 y 7 grados centígrados. Si su color es amarillento y los pliegues oscuros, su punto de maduración es perfecto.
Estamos ante una fruta rica en nutrientes antioxidantes, potasio y vitaminas A y C. Gracias a su bajo aporte calórico de grasas e hidratos de carbono, y a su elevado contenido en agua, es la opción ideal para consumir en dietas de adelgazamiento. Las personas diabéticas pueden consumirla sin riesgo alguno. No solo destaca por esto, sino también por la cantidad de fibra soluble que contiene, ideal para reducir el estreñimiento por sus cualidades laxantes y desintoxicantes. No se recomienda su consumo en personas con insuficiencia renal o con litiasis renal (piedras en el riñón) por su alto contenido en potasio y oxalato cálcico, así como en procesos diarreicos o alteraciones gastrointestinales.
¿Acompañamos al Sr. Comilón a la cocina para ver cómo hace esta ensalada? Para elaborar este plato necesitaremos una ensaladera honda y de gran tamaño. Lavamos, secamos y cortamos en pequeños trozos unas 6 u 8 hojas grandes de lechuga romana y las ponemos en la ensaladera. Sobre ella disponemos la carambola. Para 4 personas vamos a utilizar 2 piezas en su punto óptimo de maduración. Las lavamos previamente para eliminar cualquier resto de polvo o tierra que puedan tener, y secamos con papel absorbente de cocina. Colocamos cada una de las carambolas sobre una tabla de cortar y, con ayuda de un cuchillo largo y afilado, cortamos y desechamos los extremos.
Cortamos a lo ancho toda ella en finas láminas, obteniendo así varias estrellas. Si vemos que tienen alguna semilla, la retiramos.

Acto seguido añadimos un puñado de nueces ligeramente caramelizadas. Para ello, en una sartén a fuego medio, ponemos las nueces, ya peladas, junto con 2 cucharadas de azúcar. Removemos sin parar, evitando que se quemen, hasta que el azúcar se adhiera y listo.
Sobre estas añadimos unos taquitos o virutas de jamón serrano durito, al ser posible bien curado, unas cuantas tiras de pimiento rojo asado y unos taquitos de queso gorgonzola.
Para saber cómo se hacen los pimientos rojos asados, pincha AQUÍ o en la imagen. Si en ese momento no disponemos de los ingredientes necesarios para su elaboración, o queremos reducir el tiempo de elaboración, podemos utilizar los que venden en conserva.
Ahora solo nos queda el aliño. En un bol ponemos 3 cucharadas de aceite de oliva, 2 de crema balsámica de vinagre de Módena, 2 de miel, otras 2 de mostaza y sal. Mezclamos bien y regamos todos los ingredientes que forman nuestra ensalada. Fácil, ¿verdad? Seguro que la hacéis más de una vez.

