
«La pradera de San Isidro» y «La ermita de San Isidro» de Francisco de Goya y Lucientes (1.788)
La Pradera de San Isidro – 1788
Francisco de Goya y LucientesSuspiros lanzo como Historiadora del Arte al saber que el Estado no vendió este cuadro al extranjero, no salió de nuestras fronteras y, que tras pagar 15.000 de las antiguas pesetas, esta magnífica obra y bella vista permanece en el Edificio Villanueva del Museo Nacional del Prado desde el año 1896. Fue una de las obras vendidas a los Duques de Osuna en 1799 y fue la misma familia quien lo puso en venta, siendo adquirido por el Ministerio de Fomento. Ahora los Museos se las ven y se las desean para conseguir fondos económicos para realizar una nueva adquisición debido a la crisis, pero también a la poca “conciencia artística y cultural” que todavía abunda por estos lares.
Esta mañana he recibido una llamada desde el centro de operaciones del Señor Comilón para que el Arte y la Gastronomía una vez más fueran unidas de la mano, y como veréis, por aquí, ya se ha estado trabajando sobre uno de los platos típicos madrileños unidos al Santo más famoso y más castizo de la capital, San Isidro Labrador patrón de los agricultores y labradores: las gallinejas. Pues bien, nos unimos una vez más y… ¡manos a la obra!
Goya recoge en esta obra una escena de la romería típica que se celebra desde antaño en honor al santo en la pradera donde se sitúa la ermita erigida en honor al mismo. Esta pradera recibe el mismo nombre: “Pradera de San Isidro”. Las vistas del río desde aquí eran inigualables, porque, como bien sabéis, en Madrid no hay playa, pero río sí que tenemos, el Manzanares, aunque… ¡poco queda ya del río con la vista de Madrid de fondo que en su día pintó Goya! Podemos ver cómo la gente retratada pasa esta festividad merendando en la pradera. Si andamos finos, como dirían los Majos y Majas, se ve el Palacio Real, la cúpula de San Francisco el Grande entre edificios de la época, etc.

Como cada Santo, San Isidro tiene su propio día festivo, en este caso el 15 de Mayo, pero, como ya sabéis, no solo es venerado en Madrid, casi todos los pueblos, por no decir todos, tienen una pequeña talla, imagen o similar de San Isidro (En Madrid hasta le hemos “puesto” un Museo. Aquí tenéis el enlace: pincha AQUÍ.
Goya toma este momento, este instante, para transmitirnos con el paso de los años cómo era este tipo de celebración, un día de campo amenizado con buenas viandas. El primero no fue ideado para ser un cuadro, con una escena que va entre lo galante y costumbrista, si no para ser modelo de tapices. De todos es sabido que Goya fue un excelente diseñador y pintor de escenas en cartones para tapices, obra que era necesaria para después poder hacer los mismos. Esta obra no llegó a ser ni cartón, sino simplemente un boceto (no dejéis de visitar la página oficial del Museo Nacional del Prado dedicada única y exclusivamente a la figura de este maestro). Estos tapices irían a los aposentos de las hijas del futuro Rey Carlos IV y, de la que se convertiría en reina, María Luisa de Parma, en el Palacio del Pardo en Madrid.
El tapiz, desde la Edad Media, fue primordial en la decoración de los hogares de la realeza y nobleza. Castillos y palacios fueron engalanados con tapices que sirvieron para embellecer pavimentos de ruda piedra, pero sobre todo para guarecer del frío las estancias nobles de estas residencias. Isabel la Católica fue una gran coleccionista de tapices y hoy en día parte de su gran colección está custodiada por Patrimonio Nacional.
Curiosidades sobre la obra «La Pradera de San Isidro»:
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No llegaron a realizarse los encargos para el Palacio del Pardo, es decir no llegaron hacerse los tapices, pero la obra fue vendida de igual modo.
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El Museo del Prado tiene en su poder 3 bocetos más para el proyecto de tapices para las infantas.
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En la parada de metro de la estación de Goya, en la línea 2 de Madrid, podemos ver una imagen de esta obra. Así mismo, en la línea 4, podemos encontrar una serie de copias de grabados de Goya dedicados a la tauromaquia.
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Podemos encontrarlo en la sala 93 del Museo del Prado.
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Los personajes están vestidos según la moda española de aquellos años, Majos y Majas, moda colorida y vistosa que reivindica la costumbre y tradición en la moda española de 1800 “rechazando” el estilo francés. Características son las basquiñas (faldas), las mantillas, las redecillas de madroños, boleros y una actitud chulesca de estos madrileños que vivían en los barrios más “pichis” de Madrid.
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¿Sabíais que los vecinos de Madrid han venido luchando durante bastante tiempo y han conseguido conservar la zona desde donde está captada la Pradera de San Isidro de Goya? Esta zona, más conocida hoy día como “las vistillas” iba a ser inundada de edificios de diversa índole, pero gracias al esfuerzo de los vecinos, conservamos esta estupenda panorámica. AQUÍ tenéis una noticias de las muchas que se publicaron.
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Comparad y comentadnos las imágenes de La Pradera de San Isidro entre 1920 y 1960 ¿qué os parecen?








2 Comments
Miki
Una bonita tradición unida a la cultura gracias a Goya y a personas como usted, Sr. Comilón, que cada año hacen referencia a ésta fiesta.
Sr. Comilón
Muchísimas gracias Miki por seguir ahí. Es un placer leer sus comentarios. Un saludo.