
Higaditos de pollo al ajillo


INGREDIENTES: (para 4 personas)
- Un kilo de higaditos de pollo
- Un vasito de vino blanco
- 3-4 dientes de ajo
- 3-4 ramitas de perejil fresco
- Aceite de oliva
- Sal
ELABORACIÓN:
Los higaditos de pollo al ajillo es una receta de toda la vida y seguro que alguno de vosotros la habéis visto hacer a vuestros padres y/o abuelos alguna vez. Al ser un alimento de ‘casquería’, mucha gente no lo ve con buenos ojos, pero hay que reconocer que, a quienes les gusta, están deliciosos. Además, este alimento aporta grandes cantidades de hierro a nuestro organismo beneficiosas para combatir posibles anemias, fortalecer nuestro sistema inmunológico e incluso para nuestra tiroides, gracias a su aporte de yodo. Dicho esto, ¿acompañamos al Sr. Comilón a la cocina para ver cómo hace estos ricos higaditos de pollo al ajillo? Y que conste, que es la receta auténtica de su madre.
Los higaditos de pollo los podemos comprar en nuestra carnicería o pollería de confianza, casi siempre por encargo, o en grandes supermercados o casquerías, ya casi en extinción. Debemos limpiarlos muy bien retirando cualquier resto de hebras, coágulos o grasa que puedan tener, pero sobre todo hay que retirar el saco biliar, en caso de que lo tengan, y el corazón porque pueden alterar el sabor final del plato.
Lavamos bajo el chorro de agua del grifo y dejamos escurrir. Si vemos que son muy grandes, los podemos partir en trozos. Pero tampoco conviene partirlos mucho porque al cocinar se desmoronan.
Ponemos una sartén a fuego medio-bajo con un chorrito de aceite de oliva y añadimos los higaditos de pollo para sofreírlos hasta que queden bien dorados. Cuando estén en su punto óptimo los sacamos y reservamos en un plato o fuente de cocina.
En esa misma sartén, con la grasa que ha quedado, doramos 3-4 dientes de ajo pelados y cortados en trocitos pequeños o en láminas, junto con 3 o 4 ramitas no muy grandes de perejil fresco. Eso sí, bien lavado y seco. Cuando el ajo esté dorado, añadimos los higaditos y removemos. Agregamos un vasito de vino blanco y dejamos cocer a fuego lento unos 15 minutos para reducir. Durante ese tiempo lo removemos de vez en cuando y si vemos que el fuego está muy fuerte lo bajamos un poco más.
Servimos en una fuente de cocina o plato y… ¡listos para comer! Para acompañarlos podemos hacer unas ricas patatas gajo o incluso un puré de patata.

