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¿Un salero puede ser bello?

Salero de ónice con sirena de oro (1501-1550), anónimo
T
esoro del Delfín. Museo Nacional del Prado

 

     Este post daría mucho para comentar, desde el significado que tiene la sal como tal y su valor desde la época romana hasta la actualidad. Pero nos centraremos en la obra en sí, esta vez una obra incluida en las artes decorativas, artes que aún se siguen considerando como “menores”, aunque estas piezas son “grandes” en técnica, materiales, etc…

 

 

     Esta magnífica pieza se encuentra en el Museo Nacional del Prado, en la planta más baja del museo, custodiada con esmero en una verdadera cámara acorazada. Muchos visitantes no se adentran en el conocido como Tesoro del Delfín, donde este salero es una de las piezas preferentes. Nuestro consejo, como siempre, es ver la obra “in situ”, las fotos desmerecen en demasía la obra real. No os citaremos las medidas, así os animamos a visitar este tesoro, donde no solo las piezas son importantes, sino también sus estuches, cuidados al máximo.

     El Tesoro del Delfín es en realidad una vajilla para la realeza francesa del gran delfín de Francia y que acabó en tierras españolas porque los herederos de los Austrias fueron los Borbones. Nuestro Rey Felipe V hizo las maletas y se trajo también parte de la vajilla que le correspondía. ¿Os podéis imaginar cómo se transportaban estas joyas?

     Estamos hablando de un salero para el Rey, un salero que únicamente cogería él para condimentar su propia comida, una pieza única.  El rey no iba a meter las manos en un común y vulgar objeto de cocina…  El diseño nos lo dice todo, una sirena con tocado de plumas, con esmaltes, piedras preciosas, oro y la gran labor del artista ¡lástima que no sepamos su nombre!

 

 

     Esto demuestra que el arte está en todas partes y que cualquier objeto puede ser susceptible de convertirse en una pieza de deleite para la contemplación. Se pueden contar muchas cosas sobre este salero, pero esto solo es una breve reseña.

 

 

     Os dejamos una imagen más de otro famoso salero conservado en el Kunsthitoriches Museum de Viena, obra del maestro Benvenuto Cellini. Si queréis investigar sobre él, seguro que os va a gustar, ¡os dejo la foto para animaros!

 

 

     ¿Vosotros que salero tenéis en casa? ¿Estaría bien tener un salero así? ¿O los saleros modernos os gustan más? Como siempre podemos reflexionar mucho…

 

 

 
 
 
 
 
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One Comment

  • Anónimo

    ¡Me encanta este post!Nunca me hubiese planteado que existiesen este tipo de saleros. Felicitaciones a usted Señor Comilón y a su colaboradora del Menú cultural, Márgaret.

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