
Albóndigas de carne de pato en salsa de tomate casera con verduras

© El Platillo Comilón

- 2 pechugas de pato
- Una cebolla
- 2 zanahorias
- 3 dientes de ajo
- Un pimiento verde de los finos
- Medio pimiento rojo
- Una ramita de perejil fresco
- 2 rebanadas de pan de molde sin corteza
- 5 huevos
- Harina
- Pan rallado
- Salsa de tomate casera (aproximadamente 800 gr)
- Un chorrito de vino blanco
- Aceite de oliva
- Sal

ELABORACIÓN:
La carne de pato suele ser muy poco utilizada en la gastronomía española, cosa contraria a lo que ocurre en otras partes del mundo como en Asia, donde suele ser muy codiciada. Esta ave, de carne muy sabrosa, presenta la mayoría de la grasa concentrada en su piel, por lo que basta retirarla, a la hora de comerla, para disminuir el aporte calórico. Visualmente llama mucho la atención por el color rojo que presenta. Por lo general, la temporada de caza del pato silvestre suele darse a finales del verano.

Este se diferencia de los patos de granja en su intenso sabor y su alta jugosidad. Los productos más importantes y conocidos que podemos obtener son:
. Foie gras: producto obtenido del hígado graso de ocas y/o patos sometidos a una alimentación forzada. Al someterlos a esta modalidad de alimentación, el hígado se atrofia obteniendo una cantidad de grasa excesiva. Se suele consumir cocido o fresco, caliente o frío, en trozos o untado en una rebanada de pan.
. Magret: este es el nombre que recibe la pechuga de pato.
. Confit: no es una parte del pato como tal, sino que es una técnica de cocción. Consiste en una cocción, generalmente de los muslos del animal, en su propia grasa, la cual venden por separado y preparada para tal fin, a una temperatura baja durante un largo periodo de tiempo, aproximadamente 4 horas. Con esta técnica la carne queda muy jugosa y tierna.
. Jamón de pato: se obtiene de la pechuga mediante técnicas de salazón para curarla.
En España, el consumo de carne de pato suele ir asociada a una idea mal adquirida de glamour, sofisticación, delicadeza… pero nada más lejos de la realidad. Su precio, algo más elevado que el de otras aves comestibles, no es inalcanzable y solamente tenemos este punto de vista por cultura gastronómica. Por ello, desde El Platillo Comilón, os animamos a consumir este tipo de carne. ¿Nos acompañas a la cocina para descubrir un plato delicioso elaborado con carne de pato?
Hoy vamos a preparar unas ricas albóndigas de pechuga de pato en salsa de tomate casera con verduras. Para 4 personas compramos 2 pechugas de pato. Si estas tienen la piel, se la retiramos con ayuda de un cuchillo y de fuerza, porque está muy adherida. Una vez retirada la piel y las posibles hebras o grasa adherida que puedan tener, las metemos en el vaso de la picadora eléctrica y la picamos. Cuidado con esto, porque si las picamos mucho, podemos deshacer la carne. Debemos dejarla en un punto medio, ni muy gruesa, ni demasiado picada.

La pasamos a una ensaladera o fuente de cocina y añadimos 2-3 huevos batidos, un diente de ajo muy muy picado, no machacado, una ramita de perejil fresco lavado y bien picado y sal.

Removemos todo hasta mezclar y añadimos 2 rebanadas de pan de molde sin bordes, bien desmenuzadas, y pan rallado hasta que la mezcla quede jugosa, pero no líquida, y manejable. Mezclamos bien y dejamos reposar en el frigorífico, al menos durante un par de horas, para que la carne adquiera el sabor de los ingredientes que hemos añadido.

Mientras pasa el tiempo, nos disponemos a hacer la salsa de tomate que bañará nuestras albóndigas. En nuestro caso hemos utilizado una salsa de tomate casera. Para saber cómo se hace, pincha AQUÍ o en la imagen.

Desde El Platillo Comilón os damos un ejemplo de elaboración de esta salsa, pero siempre podéis darle vuestro toque personal añadiendo o no alguna especia nueva. Eso depende de los gustos de cada uno. Si en ese momento no disponemos de salsa de tomate casera, o de los ingredientes necesarios para hacerla, podemos usar tomate triturado en conserva, bien al natural o ya frito. Aunque el sabor que da la salsa casera es increíble, las conservas de tomate no desmerecerán el plato.
Pelamos y cortamos una cebolla, un pimiento verde de los finos y medio de los rojos, 2 zanahorias y 2 dientes de ajo, todo ello en trocitos pequeños, y lo pochamos en una cacerola a fuego medio-bajo con un chorrito generoso de aceite de oliva. Una vez pochado añadimos la salsa de tomate casera, aproximadamente 800 gramos. Esta cantidad es equivalente a un bote de tomate de los grandes. Agregamos un chorrito de vino blanco, removemos bien y dejamos que cueza a fuego lento durante 5 minutos aproximadamente. Es poco tiempo porque, si la salsa de tomate que hemos utilizado es casera, ésta ya está cocinada. En el caso de que usemos tomate triturado natural de bote, debemos hacerlo cocer más tiempo, generalmente hasta que la salsa adquiera cierta consistencia. Reservamos.
Cocemos 3 huevos, los pelamos, retirando las yemas, y troceamos las claras para añadir a la salsa.
Sacamos la carne del frigorífico y nos disponemos a hacer las albóndigas. Podemos hacerlas con ayuda de dos cucharas, con utensilios que venden destinados para tal fin, etc., pero nosotros las vamos a hacer con las manos bien limpias. En un plato ponemos pan rallado mezclado con dos cucharadas de harina para rebozar. Cogemos un trozo de carne, la cantidad dependerá de lo grandes que queramos hacerlas, le damos forma esférica, la rebozamos y reservamos en un plato.

Una vez acabada la carne, nos disponemos a freír nuestras albóndigas en una sartén de tamaño medio, y con dos dedos aproximadamente de aceite de oliva. El fuego no debe estar muy alto porque se pueden quemar por su parte externa y quedar crudas en su interior. Las doramos y dejamos reposar en un plato con papel absorbente para minimizar, en la medida de lo posible, la cantidad de grasa adherida.

Las metemos en la cacerola donde habíamos elaborado la salsa de tomate con las verduras y las removemos para que se empapen bien. Dejamos cocer durante unos minutos… y listo. Podemos acompañarlas de unas patatas fritas. Seguro que triunfáis con esta receta.






One Comment
miki
Qué buena pinta tiene ese plato de albóndigas.Ñam Ñam