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Taquitos de yuca frita

© El Platillo Comilón
 

 

INGREDIENTES: (para 4 personas)
 
  • 1 kg de yuca fresca pelada y preparada
  • Agua
  • Aceite de oliva
  • Sal

 

 
 
ELABORACIÓN:
 

     Hoy, el Sr. Comilón, ha querido hacer una rica yuca frita como acompañamiento a otras preparaciones, pero ¿conocemos bien este tubérculo?, ¿le acompañamos a la cocina para que nos enseñe más cosas sobre él y cómo hacerlo?

 

     La yuca, también conocida como guacamota, macaxeira, mandioca o tapioca, es un tubérculo con alto contenido en hidratos de carbono (almidones) procedente de un arbusto perenne con el mismo nombre y cultivado en países tropicales de Sudamérica, Asia y África.

 
 

     Presenta una forma alargada, irregular, de aspecto externo leñoso, debido a su gruesa corteza de color marrón, y con una pulpa de color blanquecino en su parte interior. La variedad comestible, la yuca dulce, presenta una serie de compuestos tóxicos muy nocivos para la salud si la consumimos cruda, más concretamente cianuro, un veneno altamente tóxico, por lo que NUNCA se debe comer sin cocinar previamente a su consumo. Debemos eliminarlo previamente a su consumo mediante una exposición prolongada del tubérculo a altas temperaturas de fritura, cocción, vapor o asado. Pese a esto último, perdamos el miedo a comer yuca.

 

     Como hemos dicho anteriormente, la yuca es un tubérculo, una raíz tempranamente perecedera. Pero, para evitar ese proceso, o retrasarlo al menos unas 3-4 semanas, se suele recubrir con una cera orgánica o parafina. De ahí que al encontrarla en nuestros supermercados, tenga ese brillo tan característico. Al cubrirla de cera orgánica se impide la entrada del oxígeno hacia la pulpa, manteniendo así sus cualidades naturales como son sus niveles de almidón y su presencia tanto interna como externa.

 

 

     Esta capa de cera orgánica debe aplicarse sobre este tubérculo una vez limpio, libre de restos de tierra y/o polvo, bien seco, sin humedad superficial, y a temperaturas superiores a los 150 grados centígrados. Si no se le aplicase cera orgánica en su exterior, cualquier golpe provocado durante su recolección, incrementaría su proceso metabólico alterando así sus principios nutritivos.

 

     Existen productos derivados de la yuca elaborados artesanalmente en ciertas regiones como es la harina tostada de yuca, conocida como “farinha” en Brasil o “gari” en África Occidental. No obstante, también podemos encontrar en el mercado harina de yuca como sustituto parcial de la harina de trigo, con la que se pueden hacer distintos tipos de pan. En África Central esta es conocida como “foufou”.

 

 
 
¿Cómo cocinamos la yuca?
 

     Antes de nada debemos retirar su corteza, pero, al ser tan leñosa, debemos tener cuidado de no cortarnos. Con ayuda de un cuchillo grande y bien afilado cortamos, en primer lugar, las puntas. Hecho esto, procedemos a cortarla en rodajas gruesas. De esta manera obtendremos más o menos rodajas dependiendo del tamaño que tenga. Sobre una tabla de cocina apoyamos, de una en una las rodajas, y las hacemos cortes verticales en su parte externa para retirar toda la corteza.

 

 

     Partimos cada una de las rodajas longitudinalmente y retiramos la zona central porque es muy dura y leñosa y aporta cierto toque de amargor a la hora de cocinarla. Es en este momento cuando decidiremos cómo queremos cocinarla. En nuestro caso hemos hecho yuca frita a modo de patatas fritas, pero os contaremos el resto de preparaciones:

 

– Frita: cortamos la yuca en forma de bastones, como si de patatas fritas se tratase, en cuadraditos, en forma de patatas chips de bolsa, etc. Como más nos guste. En nuestro caso hemos practicado el segundo corte: en cuadraditos o pequeños tacos. Siempre que la vayamos a preparar frita, no debemos cortar trozos demasiado gruesos para evitar que queden crudos en su interior. En una sartén ponemos unos dos dedos de aceite de oliva y freímos. Una vez dorada, retiramos a un plato o fuente de cocina y salamos al gusto. Se suele comer como acompañamiento, por ejemplo, de carnes y está deliciosa ¡sobre todo si las mojamos en alguna salsa casera!

 

 

*Nota: en la receta que hemos elaborado, previo paso a la fritura de la yuca, la hemos cocido para que quede más blanda y tierna.

 

 

– Cocida: ponemos los trozos de yuca en una cacerola, lo suficientemente grande como para que quepa toda, con abundante agua. Salamos y ponemos a fuego medio. Desde que empiece a cocer, contaremos unos 20-30 minutos aproximadamente. Para saber si está blanda, basta con pinchar con un tenedor uno de los trozos más gruesos. La yuca cocida podemos añadirla en estofados de carne, saltearla con algunas verduras, en cremas o purés junto con algún toque de especias, etc.

 

– Al vapor: disponemos los trozos de yuca en una vaporera y cocinamos al vapor. Para saber si está blanda, basta con pinchar con un tenedor uno de los trozos más gruesos.

 

– Asada: una vez cocida y escurrida, disponemos los trozos de yuca sobre la bandeja del horno, o sobre cualquier recipiente apto para tal fin, y las metemos en el horno, previamente calentado a 180 grados centígrados, durante 15 minutos o hasta que esté dorada a nuestro gusto.

 

     Como podéis ver, podemos cocinarla de muchas maneras posibles y el resultado de todas ellas nos dará unas elaboraciones distintas y deliciosas. ¿Te atreves a cocinar yuca?

 

 

 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
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