Platos de engaño: dos ejemplos del museo de artes decorativas
Plato de engaño siglo XVIII
Real Fábrica del Conde de Aranda (Alcora)
Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid
Los platos de engaño son piezas claves de la porcelana de Alcora, creados en la Real Fábrica de Loza y Porcelana. Esta fue una fundación Real creada en 1727 en la localidad de Alcora, en la provincia de Castellón, España, gracias a la promoción del IX Conde de Aranda, uno de los intelectuales más cercanos al Rey Carlos III.
El IX Conde de Aranda, Buenaventura Ximénez de Urrea y Abarca de Bolea, poseía tierras en Alcora y vio factible que en una zona que ya tenía tradición alfarera se instalara está Real Fábrica. Como ya ocurrió con otras fábricas reales, como la del vidrio (Real Fábrica de Vidrio de la Granja, Segovia), los borbones apoyaron el producto español ante el producto que importábamos de Francia. Se imitaron los diseños y técnicas francesas, pero creadas en España y siempre dando nuestra aportación.
La imitación a lo francés fue complicada y tuvo su parte negativa ya que la cerámica de tradición española perdió su valor y también parte de la técnica. En la porcelana de Alcora tenemos tres períodos claves:
1- El primer período se caracteriza por la realización de copias de los modelos franceses. Para ello se traen artistas y maestros desde Francia, entre ellos Joseph Olérys, para que los españoles empezaran a copiar el estilo, los diseños, etc. José Ochando fue uno de estos artistas españoles que supo imitar el gusto francés en las distintas piezas de vajillas maravillosas que se hicieron.
2- El segundo período, ya en mitad del siglo XVIII, las piezas eran de tierra de pipa y mayólica; aún no se encontraba la formula exacta para crear la porcelana francesa. En este período se crean los platos de engaño, platos lujosos decorados con frutas falsas. El ejemplo que podemos ver al principio de este Menú Cultural se encuentra en el Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid (otro de esos “Museos desconocidos” que tenéis que visitar). Data entre 1752 y 1798 y formaría parte de la serie de los “chascos” o “engaños” ya que su finalidad era engañar a quien veía estos platos. Las frutas y hortalizas que imitaban tenían que conseguir ser lo más reales posibles con la idea de que quien lo viera tuviese la tentación de querer coger una de esas suculentas frutas, en este caso manzanas, o acerolas, como podemos ver en la siguiente imagen (esta pieza también se encuentra en el Museo de Artes Decorativas).
La acerola era un fruto muy apreciado y caro, rico en vitamina C, que no todo el mundo podía comprar en esta época. Por lo tanto, el plato de engaño, nos da dos lecturas: que la familia tenía dinero para comprar ambas frutas, o bien que las verdaderas estaban guardadas y a los invitados les querían engañar mostrando estos platos. Estos nos pueden recordar incluso a los fruteros tan de moda, que en los años 80 hicieron estragos con las piezas de frutas de mentira y hoy día con los fruteros kitsch de frutas de plástico.
3- Por último, Alcora, tiene un tercer período donde se produce el cambio de propietario pasando esta a manos del Duque de Híjar. La fábrica comienza a perder beneficios y la guerra de la Independencia provoca que el comercio no sea factible, perdiendo calidad y clientes de alto nivel. A mediados del siglo XIX la fábrica es alquilada a una familia catalana, la cual termina cerrándola en 1895.
¿Conocíais los platos de engaño?, ¿tenéis algún objeto o decoración similar en casa?
One Comment
miki
Una vez más aprendiendo algo nuevo gracias al Sr comilón. Saludos para todos.