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Lentejas con verduras, chorizo y morcilla (Menú de Cine)

© El Platillo Comilón

 

INGREDIENTES: (para 4 personas)

  • 2 vasos de lentejas
  • 2 chorizos
  • 2 morcillas de cebolla
  • Un pimiento verde de los finos
  • Una cebolla y media
  • Un puerro
  • Una cabeza de ajos
  • Una hoja de laurel
  • 4 zanahorias
  • 4 patatas
  • 2 cucharaditas de pimentón dulce o picante de la vera (según gustos)
  • 5 vasos de agua
  • Aceite de oliva
  • Sal

 

ELABORACIÓN:

 

¿Habéis oído alguna vez uno de estos dichos?

– Lentejas, si quieres las comes y si no las dejas.
– Son lentejas, si quieres las tomas y si no las dejas.
– Lentejas, comida de viejas, si quieres las comes y si no las dejas.

 

     Estos dichos hacen referencia, en general, a la necesidad de tomarse algo que nos suceda tal cual viene, sin matices. Pero… ¿por qué habrán utilizado las lentejas para dicha frase? ¡Quién sabe!

     Las lentejas pertenecen a la categoría de alimentos denominada como legumbres. Crecen en una vaina igual que las habas o los guisantes y llegan a nuestros mercados deshidratadas o secas. Contienen una cantidad muy rica en fibra saludable, lo que favorece la disminución del colesterol. A parte de la variedad de vitaminas que presentan, contienen hidratos de carbono, ácido fólico, hierro, etc. Dependiendo del tamaño, color y forma que presenten hablamos de distintos tipos:

 

Lenteja pardina: es una lenteja pequeña, de color amarillo en su interior y marrón rojizo en su exterior. No se suele deshacer durante la cocción y es muy apropiada para la elaboración de ensaladas y guisos. Es una de las más utilizadas.

 

 

 

 

Lenteja verdina o lenteja verde de Puy: como su nombre indica, es una lenteja de color verde claro con tonos de color verde más oscuro jaspeados. Su tamaño es muy pequeño, lo contrario que sucede con su contenido en fibra y proteínas, que es muy elevado. Este tipo de lentejas quedan muy enteras tras la cocción, no sueltan el hollejo.

 

Lenteja roja pelada: también conocida como egipcia o de coral, es una lenteja muy vistosa por su fuerte color anaranjado. No presenta pellejo u hollejo externo, por lo que es muy recomendable para personas que presentan cierta dificultad para digerir las legumbres. En muchos supermercados no suele venderse, pero no os preocupéis, porque no es difícil encontrarla en herbolarios o grandes superficies comerciales. Es muy utilizada para hacer purés o cremas. Pincha AQUÍ para ver una receta con este tipo de lenteja.

 

 

Lenteja caviar o beluga: es una lenteja de forma casi esférica y de un calibre menor de 4 milímetros. Su piel es de color negro y el interior amarillo, características que le dan nombre por su parecido con el caviar beluga. Es muy tierna una vez cocinada y su sabor es muy suave y agradable. Es muy utilizada para ensaladas, potajes, etc.

 

 

     Hay muchas formas de cocinar las lentejas, pero la que os presentamos hoy, aparte de ser muy sencilla, queda deliciosa. ¿Vamos a la cocina?

     La lenteja es una legumbre que no necesita ser remojada para ser hidratada, como ocurre por ejemplo con las alubias o garbanzos. Su tiempo de cocción es muy corto y las podemos preparar en “un santiamén”. Antes de echarlas a cocer, debemos desmotarlas, retirar aquellas que estén deshollejadas, es decir, que estén sin hollejo o las que se encuentren rotas, lavarlas para retirar los posibles restos de polvo y/o tierra que puedan tener y dejarlas escurrir. Para 4 personas, con dos vasos de lentejas es suficiente.

     Ponemos un chorrito de aceite de oliva en una cacerola, por lo general profunda y de gran tamaño. Pelamos una cebolla, sin partir, lavamos y despepitamos un pimiento verde de los finos, cortándolo por la mitad, si este fuese muy grande lo cortamos en más trozos, y doramos todo junto en el aceite a fuego medio-bajo. (Esto es opcional. Podemos echarlo todo junto en la cacerola a la vez que el agua y las lentejas, pero esto le da un toque de sabor estupendo).

     Una vez que ha cogido un poco de color, retiramos del fuego, echamos las lentejas y seguidamente cubrimos de agua. Si nos pasamos, quedarán muy líquidas, y si nos quedamos cortos, a medida que pasa el tiempo de cocción, nos podemos quedar sin líquido, teniendo que echar más. Esta acción provoca que el hollejo se rompa y se separe, con el consiguiente riesgo de encontrarnos puré y no lentejas. Por ello, para que nos queden perfectas, basta con echar la cantidad de agua suficiente como para cubrirlas y un poco más, como unos 2-4 centímetros por encima de estas. Basta con unos 5 vasos de agua aproximadamente (el vaso con el que hagamos la medida de las lentejas debe ser el mismo que utilicemos para hacer la medida del agua).

     Ponemos de nuevo a fuego medio-bajo y, seguidamente, echamos 4 zanahorias peladas y troceadas, un puerro sin partir, dejando un trocito para hacer el sofrito, una cabeza de ajos bien lavada y sin pelar, una hoja de laurel, 2 chorizos, estos últimos los pincharemos con un tenedor, cuchillo o palillo para evitar que se agrieten y se rompan, y, por último, 4 patatas peladas, lavadas y cortadas en trozos grandes.

 

Para saber cómo se limpia un puerro, pasa por mi sección: Técnicas de cocina.

 

 

     También echaremos 2 morcillas grandes de cebolla, pero estas las cocemos a fuego bajo, en un cazo a parte del resto, cubiertas de agua fría. Su tiempo de cocción oscila entre 30-40 minutos, pero os preguntaréis… ¿por qué las cocemos a parte y no las metemos en la misma cacerola que el resto de ingredientes? La respuesta es muy sencilla, si estas se rompen, sale el contenido de la tripa hacia afuera y nos deja negro todo el guiso alterando así su sabor.

     Para cocer las morcillas las lavamos primero bajo el agua del grifo para así retirar los restos de grasa o sangre que puedan tener adheridas a la tripa, y las pinchamos para evitar que se revienten durante la cocción

     Como hemo comentado anteriormente, las lentejas tardan poco tiempo en hacerse, basta con tan solo unos 30 minutos a fuego medio-bajo. Si ponemos el fuego muy fuerte, el agua se irá evaporando y, al quedarse con menos líquido, tienden a agarrarse al fondo de la cacerola. Aun así, debemos moverlas de vez en cuando evitando el uso de cucharas, basta con coger la cacerola por sus asas y menearlas varias veces de izquierda a derecha.

     Cuando queden 10-15 minutos para finalizar el tiempo de cocción, nos disponemos a hacer el sofrito. En una sartén ponemos un chorrito generoso de aceite de oliva y pochamos media cebolla picada en trocitos pequeños y el trozo de puerro que habíamos reservado, también picado.

     Una vez pochado echamos 2 cucharaditas de pimentón dulce de la vera y dejamos que se fría bien. Debemos evitar que se queme porque aporta un sabor muy amargo. Si nos gusta un ligero toque picante, podemos añadir un poco de pimentón picante. Vertemos el contenido en la cacerola, salamos al gusto y movemos bien para que se mezcle. Añadimos las morcillas y una vez pasado el tiempo dejamos reposar. Podemos servir nuestras deliciosas lentejas con un poco de arroz blanco cocido aparte, con algunos encurtidos, etc. Sea como sea, estarán estupendas.

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