Torrijas de cerveza negra y miel
- Una barra de pan duro (del día anterior o de varios días antes)
- 330 ml de cerveza negra a temperatura ambiente (la que más nos guste)
- 5-6 cucharadas de miel de abeja
- Una cucharadita de canela molida
- Una cucharadita de azúcar vainillada
- Azúcar blanco
- 2-3 huevos
- Aceite de oliva de baja graduación o aceite de girasol
Un año más, y siguiendo las tradiciones más castizas de nuestros pueblos y ciudades españolas, la festividad de semana santa nos incita a hacer este dulce típico por excelencia. Hay muchos tipos de torrijas y cada familia, influenciada también por el área geográfica en el que vive, tiene una receta particular de este postre tan castizo. En El Platillo Comilón queremos variar este postre haciendo unas torrijas muy ricas manteniendo el sabor de la receta tradicional junto con el sabor de la innovación que le aporta la utilización de la cerveza negra. Pasaos por nuestra cocina para comer unas torrijas que no olvidareis.
La cerveza negra, de color oscuro y muy opaco, es una cerveza de sabor muy intenso y cremoso, algo amargo, con leves notas que nos recuerdan al café o al chocolate. Debido a su fuerte sabor, para hacer nuestras torrijas, debemos acompañarla de algo que le dé un toque dulzón para contrarrestar. En este caso echaremos mano de la miel de abeja, el toque de la vainilla, gracias al azúcar vainillado, y el de la canela.
Hoy en día, en muchos supermercados y tiendas de barrio, venden pan hecho exclusivamente para hacer torrijas. A mí, personalmente, me gusta usar la barra de pan duro del día anterior. Cuanto mejor sea la calidad del pan, mejor serán las torrijas. Con ayuda de un cuchillo de sierra cortamos el pan en rebanadas de 1-2 centímetros de grosor, quitando previamente los picos de la barra. Reservamos.
En una fuente honda de cocina ponemos 330 mililitros de cerveza negra a temperatura ambiente junto con 5 o 6 cucharadas de miel de abeja, o la cantidad que nos guste, una cucharadita de canela molida, una cucharadita de azúcar vainillada, 4 cucharadas de azúcar blanco y, si vemos que todavía le falta un toque de dulzor, podemos añadir algo más de miel (según gustos). Removemos todo hasta mezclar. En un plato ponemos dos tazas de azúcar aproximadamente con un toque de canela molida, y en otro batimos 2-3 huevos. Reservamos.
Ponemos una sartén de gran tamaño a fuego medio con gran cantidad de aceite de oliva de baja graduación para que esta no transfiera sabor a nuestras torrijas (unos 2-3 dedos). También podemos hacerlas en aceite de girasol.
Sumergimos, una a una, las rebanadas de pan por la cerveza. Dejamos que se empapen bien pero con cuidado de que no se nos deshagan. Dejamos escurrir el exceso de líquido y las pasamos por el plato que contiene el huevo. Las empapamos bien y las echamos directamente a la sartén.
Las freímos con cuidado de no romperlas, dándolas la vuelta y, una vez que estén bien doradas, las sacamos en un plato con papel absorbente para que escurran el aceite. Antes de que queden frías, las ponemos en el plato de azúcar blanco que habíamos reservado impregnándolas bien por todos los lados y…listo! Ya tenemos nuestras torrijas. Para mantenerlas en perfecto estado es recomendable meterlas en el frigorífico. Podemos ver cómo, a medida que pasa el tiempo, van adquiriendo una tonalidad mucho más oscura así como jugosidad. Un bocado de estas torrijas impregna de un intenso sabor nuestro paladar.
2 Comments
miki
Esto seguro que está riquísimo!!!
Alicia
¡Qué originales! y tienen pinta de estar muy ricas 🙂