Flor de cebolla frita
© El Platillo Comilón
INGREDIENTES: (para 4 personas)
- Una cebolla de gran tamaño
- Harina para rebozar
- Una cucharada de orégano molido
- Una cucharada de sal de ajo
- Media cucharadita de cayena molida
- Sal
- 2-3 huevos para rebozar
- Aceite de girasol para freír
ELABORACIÓN:
El aperitivo que os presentamos hoy es, además de original, delicioso. Conocido como Blooming Onion, Onion Bloom, Onion flower, Bloomin’ onion, Onion mum u Onion Blossom, fue creado en las cocinas de una cadena americana de restaurantes llamada Outback Steakhouse en 1988. Desde entonces, su carta, cuenta con él. ¿Podrás compartirlo?
Para su elaboración necesitamos una cebolla grande, muy grande. Con mucho cuidado de no romperla, retiramos sus capas más externas, retiramos las raíces y lavamos bajo el agua del grifo para retirar posibles restos de tierra que pueda tener. Secamos bien.
La ponemos en una tabla de cocina con la parte de las raíces, o el nudo de unión de las capas que la forman, mirando hacia arriba, hacia nosotros, y realizamos unos cortes separados de este a unos dos centímetros más o menos sin que se desmorone. De esta manera obtendremos una especie de flor cuyos pétalos son los trozos de cebolla que se han formado entre corte y corte.
En una fuente de cocina o ensaladera de gran tamaño ponemos harina para rebozar. A esta le añadimos una cucharada de sal, una de orégano molido, otra de sal de ajo y media cucharadita de cayena molida para darle un toque picante. Podemos añadir las especias que más nos gusten y en la cantidad que deseemos, pero siempre con cuidado de no pasarnos.
Mezclamos todos los ingredientes y pasamos la cebolla, con cuidado de no romperla, por la mezcla. Debemos procurar que quede completamente enharinada; si es necesario, separamos con cuidado los trozos o ‘pétalos’ para que quede bien cubierta.
Quitamos el exceso de harina y a continuación la pasamos por huevo batido, que tendremos listo en otra fuente de cocina. La empapamos bien, la escurrimos y comenzamos de nuevo, es decir, la pasamos una vez más por harina y después por huevo, y a freír.
La freiremos en una cacerola honda y algo estrecha con abundante cantidad de aceite de girasol, tanto como para que la cebolla quede sumergida, o en una freidora si es que tenemos. Y os preguntaréis… ¿por qué de girasol y no de oliva? En este caso utilizamos de girasol para evitar que la fritura absorba grandes cantidades de grasa, adquiera olor o sabor del mismo y que se queme con facilidad. Cuando el aceite esté caliente, sumergimos la cebolla con el nudo hacia arriba y dejamos freír unos minutos. La damos la vuelta y hacemos lo mismo por ese lado. Dejamos hasta que coja un tono dorado. Sacamos del aceite con mucho cuidado y dejamos boca abajo en una fuente de cocina con papel absorbente para que escurra el exceso de aceite de la fritura.
Para servir la ponemos boca arriba, es decir, con el nudo pegado en la superficie de un plato, como si de una flor abierta se tratara, y la acompañamos de distintas salsas, por ejemplo, barbacoa, salsa de tomate casera, alioli, mahonesa, brava, romescu, ranchera… Las que más os gusten.
One Comment
Miki
Dios santo que rico está ésto!!!!