Dificultad: 3,  Frutas,  Receta,  Salsas

Salsa de naranja

© El Platillo Comilón
 

 

 

INGREDIENTES: (para unos 400 ml aproximadamente de salsa)
 
  • Media cebolla
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 3/4 de una taza de vino blanco
  • 2 cucharadas de vinagre de vino blanco
  • Zumo de 2 naranjas (200 ml aproximadamente)
  • Zumo de medio limón
  • 4 cucharadas de azúcar o 3 de miel (según gustos)
  • Ralladura de la piel de media naranja
  • Una ramita de tomillo
  • Una ramita de romero
  • Una cucharadita de pimienta negra molida
  • 2 cucharadas colmadas de mantequilla fría
  • Una pizca de sal

 

 

ELABORACIÓN:

 

 

     La naranja es un fruto cítrico que solemos encontrar en nuestras mesas en otoño e invierno. Su sabor y su alto contenido en ácido fólico, minerales y, sobre todo, en vitamina C le otorgan el protagonismo de entre todas las frutas de temporada y de los zumos más refrescantes. Existen muchísimas variedades de este fruto como son la naranja dulce, la de Valencia, que es una de las más demandadas a nivel mundial, la Pineapple, la criolla, las ácidas, etc. Cada una de ellas tiene unas características propias que hacen de sus frutos algo únicos.

 

     En nuestro caso, para la receta que vamos a elaborar, hemos optado por utilizar naranjas valencianas, del mismo Valencia, España. Por lo general, estamos acostumbrados a comer esta fruta como postre después de las comidas, en forma de zumo bebido a primera hora de la mañana para coger energía, para aromatizar e infusionar leche, utilizada por ejemplo para elaborar postres, etc. Pero hoy vamos a hacer un uso de ella muy distinto. Vamos a elaborar una deliciosa salsa de naranja para acompañar carnes y/o pescados. ¿Vamos a la cocina con el Sr. Comilón?

 

     Lo primero que debemos hacer es comprar unas naranjas sin daño alguno en su superficie y que se encuentren en su punto óptimo de dulzor. Para hacer nuestra salsa ponemos en una cacerola no muy grande media cebolla picada en trozos alargados y finos con 2 cucharas de aceite de oliva.

 

 

     Calentamos a fuego medio-bajo hasta que se poche, y es en ese mismo momento cuando añadimos 3/4 de una taza de vino blanco, 2 cucharadas de vinagre de vino blanco, el zumo de 2 naranjas con su pulpa, (aproximadamente 200 mililitros), el zumo de medio limón, también con su pulpa, 4 cucharadas de azúcar, una ramita de tomillo y otra de romero. Si preferimos el sabor dulce de la miel, podemos sustituir esas 4 cucharadas de azúcar por 3 de esta. Llevamos a ebullición lentamente hasta reducir, aproximadamente 5 minutos, quitamos las ramitas de tomillo y romero, añadimos la ralladura de la piel de media naranja, una pizca de sal y una cucharadita de pimienta negra molida.

 

     Debemos tener en cuenta que si abusamos de la cantidad de ralladura de la piel de naranja el resultado puede ser pésimo, ya que esta le otorga un sabor muy muy amargo. Pero para eso tenemos el azúcar o la miel, según gustos, para contrarrestarlo. Dejamos que cueza otros 2-3 minutos y lo retiramos del fuego. Es en este momento cuando, con ayuda de una batidora eléctrica, batimos todo para dejarlo sin trocitos y con una textura suave para el paladar.

 

     Añadimos, sin dejar de remover la salsa, 2 cucharadas colmadas de mantequilla recién sacada de la nevera. Las echaremos trocito a trocito, es decir, a medida que se vaya deshaciendo un trozo, vamos añadiendo más hasta completar así las 2 cucharadas. Removemos todo bien, probamos y rectificamos de azúcar o miel, sal o pimienta si hiciese falta y la mantendremos caliente para añadir a nuestras carnes o pescados preferidos. Seguro que os encanta la mezcla de sabores.

 

 

 

 
 
 

 

 

 
 
 
 
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