Dificultad: 2,  Ensaladas,  Granos y semillas,  Legumbres,  Receta

Ensalada fría de lentejas verdinas y quinoa

© El Platillo Comilón

 

 

INGREDIENTES: (para 4 personas)
 
  • 300 g de lentejas verdinas
  • 150-200 g de quinoa
  • Un puñado de tomates cherry tipo kumato
  • 4-5 pimientos de piquillo en conserva
  • Una zanahoria de tamaño mediano rallada
  • Un queso fresco mediano
  • 8 hojas de cebollino
  • Zumo de medio o un limón entero
  • Aceite de oliva
  • Sal

 

 

 
ELABORACIÓN:
 

     ¿Quién dijo que el verano es muy mala época para comer legumbres por el calor que hace? Este mito lo desmentiremos hoy aquí, en la cocina de El Platillo Comilón.

 

     Las legumbres se pueden cocinar de muchísimas formas y una de ellas es ensaladas frías, dando un toque muy bueno y fresco a nuestros platos. Hoy vamos a hacer una rica ensalada de lentejas verdinas y quinoa, ¿te la vas a perder?

 

     Las lentejas verdinas, también conocidas como lentejas verdiñas, como su nombre indica, presentan un color verde claro, moteado con tonos verdes más oscuros e incluso marrones, mientras que su interior es completamente amarillo. Se cultivan fundamentalmente en Palencia, Burgos, Valladolid y León entre los meses de marzo y abril, siendo la cosecha entre los meses de julio y septiembre. Son de tamaño muy pequeño y una de las principales propiedades que presentan al ser cocinadas es que no sueltan la piel, es decir, quedan enteras tras su cocción. Por eso son ideales para la elaboración de ensaladas, sopas y caldos.

 
 

     Esta legumbre es rica en proteínas vegetales, muchísimo más digestivas que las de origen animal, rica en hidratos de carbono de absorción lenta, aptos para personas diabéticas, y de los que no engordan, rica en fibra, favoreciendo así el tránsito intestinal, presenta un contenido casi inexistente en grasas, contiene minerales esenciales como el hierro, potasio, calcio, fósforo, magnesio o zinc, entre otros, y es rica en vitaminas A, B, C y E.

 

     La quinoa, es un alimento que está muy de moda en la actualidad pero de la que sabemos muy poco. Se trata de una semilla comestible conocida también con el nombre de “granos de oro de los Andes” debido a su gran valor nutricional. El significado de esta palabra, procedente de la lengua quechua,  quiere decir “grano madre”, porque, en la época del pueblo Inca, era considerada como un alimento sagrado, otorgándole incluso funciones medicinales. Se conocen varios tipos de quinoa, entre las que destacan la roja, negra y blanca, esta última la más consumida en la actualidad.

 

 

     Su proteína, de fácil digestión, es considerada de alto valor ecológico gracias a que contiene los ocho aminoácidos esenciales para el ser humano y en las proporciones adecuadas. De aquí que presente numerosísimos beneficios para la salud. Además, es una fuente natural de fósforo y fibra favoreciendo el mantenimiento y el buen estado de nuestros huesos y nuestro sistema digestivo.

 

     Su sabor y textura crujiente permite un sinfín de preparaciones culinarias como sopas, ensaladas, guarniciones varias, etc. Para 4 personas vamos a usar 300 gramos de lentejas verdinas y 150-200 gramos de quinoa. Cada uno de estos alimentos los prepararemos por separado:

 
      • lentejas verdinas: la proporción de agua y legumbre debe ser aproximadamente de 3 partes de agua por una de legumbre. Antes de cocinarlas debemos hacer una selección previa, retirando aquellas que estén rotas o tengan mal aspecto. En ocasiones, pueden aparecer pequeñas piedras o restos de plantas, las cuales hay que retirar. Lavamos en un colador de agujero pequeño para quitarles los restos de tierra y polvo y listo. Las ponemos en una cacerola con agua fría a fuego medio-alto y, desde que empieza a cocer, contaremos unos 20 minutos. Salar casi al final de la cocción para que queden aún más tiernas. Escurrimos y reservamos.
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      • quinoa: la proporción de agua y quinoa debe ser aproximadamente de 3 partes de agua por una de quinoa. Ponemos la quinoa en una cacerola con agua fría, salamos al gusto y dejamos cocer. Desde que el agua rompe a cocer, debemos contar 10 minutos. Retiramos del fuego y dejamos reposar otros 5 minutos. Escurrimos y reservamos.

 

 

     Listos los dos ingredientes principales de nuestra ensalada nos disponemos a montarla. En una fuente de cocina grande y honda ponemos las lentejas verdinas y la quinoa junto con un puñado de tomates cherry tipo kumato, lavados y cortados por la mitad, una zanahoria de tamaño mediano, pelada y rallada, y 4-5 pimientos de piquillo en conserva troceados. El queso fresco de tamaño mediano, también troceado, lo pondremos al final para evitar que al mezclar se nos deshaga. A todo esto le añadimos unas 8 hojas de cebollino picadas y mezclamos todo.

 

 

     Aliñaremos nuestra ensalada de una manera muy especial, con el zumo de medio o un limón entero, según nuestro gusto, sal y aceite de oliva. Removemos y dejamos enfriar en el frigorífico hasta que la vayamos a comer. Fácil y deliciosa, ¿verdad? ¡No te la puedes perder!

 

 

 
 
 

 

 
 
 
 
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