Bizcocho de natillas con un toque de vainilla y canela
© El Platillo Comilón
INGREDIENTES: (para 6-8 porciones)
- 3 huevos
- 125 g de natillas caseras o una tarrina de las que venden
- 125 g de azúcar (una medida de la tarrina de natillas)
- Una cucharada de esencia de vainilla
- Media cucharadita de canela molida
- 150 g de harina (dos medidas de la tarrina de natillas)
- 140 ml de aceite de oliva (una medida de la tarrina de natillas)
- 16 gr de levadura química (un sobre)
- Una pizca de sal
- Mantequilla para embadurnar el molde
- Harina para espolvorear sobre la mantequilla una vez embadurnado el molde
ELABORACIÓN:
A la hora de elaborar un bizcocho las opciones que tenemos son tan variadas como el tipo de ingredientes que utilicemos. Por lo general, lo que buscamos casi siempre es que sea esponjoso, jugoso y sabroso.
Existen muchísimos trucos que podemos seguir a la hora de su elaboración para que nos quede más o menos alto, más o menos esponjoso, con un tipo u otro de textura… Otro factor a tener en cuenta es el fin con el que lo vamos a hacer, ya que también determinará su aspecto final; es decir, no es lo mismo realizar un bizcocho relleno, que un bizcocho sin rellenar; no es lo mismo realizar un bizcocho con harina floja de trigo que con harina de maíz, etc. Como podemos ver existen muchísimas variedades o versiones.
El bizcocho que os presentamos hoy es una versión similar al mundialmente conocido como “bizcocho de yogur”, pero en este caso de natillas y con cierto toque de vainilla y canela. ¿Acompañamos al Sr. Comilón para ver cómo lo hace?
Lo primero que haremos será engrasar con mantequilla el molde donde lo vayamos a hornear y espolvorearlo con un poco de harina. Esta quedará impregnada en toda la superficie favoreciendo la creación de una película antiadherente. Cuando el molde quede completamente cubierto, le damos la vuelta y golpeamos suavemente en su parte inferior haciendo que caiga el exceso que haya podido quedar.
Ya solo nos queda encender el horno, tanto en la parte superior como la inferior, a 150 ºC y nos disponemos a realizar la masa.
Para la elaboración de nuestro bizcocho es preferible que tengamos todos los ingredientes a temperatura ambiente; lo decimos sobre todo por los huevos, ya que, a esa temperatura, al batirlos, retienen mayor cantidad de aire y hacen crecer aun más la masa. Si se nos ha olvidado sacarlos con tiempo del frigorífico, podemos sumergirlos durante unos minutos en agua templada.
En un bol grande y hondo, o en una fuente te cocina, batimos 3 huevos junto con 125 gramos de natillas caseras. Si en ese momento no tenemos natillas recién hechas, o de días anteriores, podemos usar una tarrina de las que venden. ¡Y si son de sabor vainilla, mucho mejor!
Si quieres aprender a hacer unas ricas natillas caseras al estilo del Sr. Comilón, pincha AQUÍ o en la imagen.
Batimos mezclando bien ambos ingredientes. A continuación, añadimos 125 gramos de azúcar blanco normal, o lo que es lo mismo, una medida de la tarrina de natillas compradas, una cucharada de esencia de vainilla líquida y media cucharadita de canela molida. Batimos enérgicamente para que todo quede perfectamente integrado y la masa vaya adquiriendo aire. Veremos como poco a poco aumenta su volumen y adquiere cierta densidad. Podemos ayudarnos de una batidora eléctrica con el complemento de las varillas.
Cuando veamos que la masa ha adquirido cierto volumen, añadimos poco a poco 150 gramos de harina normal tamizada, o lo que es lo mismo, dos medidas de la tarrina de natillas compradas. De esta manera favorecemos su integración con el resto de ingredientes. Nos podemos ayudar de un cucharón, practicando movimientos suaves y envolventes para evitar que el aire que ha adquirido previamente, baje. Seguidamente añadimos 140 mililitros de aceite de oliva, que se corresponde con una medida de la tarrina de natillas compradas, un sobre de levadura química de 16 gramos aproximadamente y una pizca de sal. Removemos con cuidado hasta incorporar y ya lo tenemos listo para volcar en nuestro molde engrasado.
Lo introducimos en el horno durante 30 minutos aproximadamente, mejor sobre una rejilla que sobre una bandeja ciega para favorecer la circulación del aire, y pasado el tiempo, lo sacamos, desmoldamos, dejamos reposar unos minutos hasta que se temple o enfríe y listo para comer.
NOTA:
-
- NUNCA debemos abrir la puerta del horno antes de los primeros 15-20 minutos de horneado porque el bizcocho se hundirá por su parte central.
-
- La pizca de sal sirve para resaltar aun más el sabor de todos los ingredientes dulces que lleva.
One Comment
Miki
Menudo sabor tiene que tener. A hacerlo todos!!!