¡Adivina quién viene a cenar!

¡Adivina quién viene a cenar!«Primo Levi»

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FICHA PERSONAL

 

  • Nombre: Primo Levi.
  • Género: masculino.
  • Fecha de nacimiento: 31 de julio de 1919 (Turín; Italia).
  • Fecha de fallecimiento: 11 de abril de 1987 (Turín; Italia).
  • Nacionalidad: italiana.
  • Esposa: Lucia Morpurgo.
  • Número de hijos: 2 (Lisa y Renzo).
  • Profesión: químico, escritor y político.
  • Comida favorita: pasta asciutta, típica de la cocina italiana, preparada con pasta de trigo duro, hervida en agua con sal, escurrida después de la cocción y condimentada de forma variada. En su honor le hemos preparado unos ricos macarrones con salsa a la arrabiata.

 

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Si esto es un hombre

 

Los que vivís seguros

En vuestras casas caldeadas

Los que os encontráis, al volver por la tarde,

La comida caliente y los rostros amigos:

Considerad si es un hombre

Quien trabaja en el fango

Quien no conoce la paz

Quien lucha por la mitad de un panecillo

Quien muere por un sí o por un no.

Considerad si es una mujer

Quien no tiene cabellos ni nombre

Ni fuerzas para recordarlo

Vacía la mirada y frío el regazo

Como una rana invernal.

Pensad que esto ha sucedido:

Os encomiendo estas palabras.

Grabadlas en vuestros corazones

Al estar en casa, al ir por la calle,

Al acostaros, al levantaros;

Repetídselas a vuestros hijos.

O que vuestra casa se derrumbe,

La enfermedad os imposibilite,

Vuestros descendientes os vuelvan el rostro.

 (Primo Levi, Si esto es un hombre, 1947)

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     “Imaginemos ahora un hombre a quien, además de a sus personas amadas, se le quitan la casa, las costumbres, las ropas, todo, literalmente todo lo que posee: será un hombre vacío, reducido al sufrimiento y la necesidad, falto de dignidad y de juicio, porque a quien lo ha perdido todo fácilmente le sucede perderse a sí mismo; hasta tal punto que se podrá decidir sin remordimiento su vida o su muerte prescindiendo de cualquier sentimiento de afinidad humana; en el caso más afortunado, apoyándose meramente en la valoración de su utilidad. Comprenderéis ahora el doble significado del término «Campo de aniquilación», y veréis claramente lo que queremos decir con esta frase: yacer en el fondo”. (Primo Levi, Si esto es un hombre). 

 

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     Primo Levi nació y murió en la misma casa de Turín, en el número 75 Corso Re Umberto. Nació el 31 de julio de 1919 en el seno de una familia judía culta, liberal y bien acomodada junto a su hermana menor Anna María, y sus padres Cesare Levi y Ester Levi.

 

Primo Levi en brazos de su madre Ester

 

 

Cesare Levi junto a sus hijos Anna Maria y Primo Levi (Autor desconocido)

 

     

     Su aspecto menudo y delgado, y su carácter apocado, escondían un brillante estudiante. Esto, junto con su condición de judío, le supuso ser el blanco de muchas burlas y acoso por parte de sus propios compañeros. A pesar de que la familia no era especialmente religiosa, estudió dos años en la escuela talmúdica. Cuando cumplió los 13 años pasó su Bar Mitzvah, la ceremonia judía de iniciación religiosa equivalente a la Primera Comunión de la religión cristiana.

 

     Cuando comenzó a estudiar en el Instituto de Azeglio, la situación de acoso no mejoró mucho. En el año 1937 ingresó como especialista en química en la Escuela de Ciencias de la Universidad de Turín, época especialmente sensible dada por el agravamiento social y por la discriminación que empezaron a sufrir los judíos por parte del régimen fascista de Mussolini tras la promulgación de las leyes raciales italianas del año 1938. Estos ven cómo sus derechos civiles son ninguneados, llegándoles incluso a expulsar de cualquier función pública que pudieran ejercer en aquel momento. A la par, llegó la prohibición de poder acceder a las escuelas públicas, incluida la universidad. Pero a alumnos como Levi, que ya estaban inscritos en ella, les permitieron terminar sus estudios. Durante estos años Levi se asoció con grupos de estudiantes antifascistas, tanto judíos, como no judíos, hasta que en 1941 se graduó con honores y excelentes calificaciones en sus estudios de química. Su título fue marcado con una anotación que decía: “de raza judía”.

 

     Debido a las leyes raciales impuestas no podía encontrar trabajo fijo como químico, pero la necesidad apremiaba y lo hizo bajo una identidad falsa en una mina de extracción de níquel en San Vittore, un pueblo situado a las afueras del mismo Turín. La labor que se le encomendó y a la que se comprometió fue aislar este mineral.

 

     En el año 1942, tras fallecer su padre de cáncer, marchó a Milán para encontrar una mejor estabilidad laboral y económica. Lo consiguió gracias a una compañía farmacéutica suiza a la que no afectaban las leyes raciales, donde se le designó la investigación de nuevos medicamentos para combatir la diabetes. En esta época de su vida socializó con algunos amigos turineses, llegando incluso a contactar con diversos exponentes del antifascismo militante. Acabó uniéndose clandestinamente al Partido de Acción (Partito d’Azione).

 

     En julio del año 1943 el Rey Vittorio Emanuele III depuso a Mussolini y nombró un nuevo gobierno bajo el mando del mariscal Badoglio, con la misión de firmar la paz con los aliados. Así cayó el gobierno fascista. Por entonces Levi comenzó a tener una participación activa en la red de contactos entre los partidos que se convertirían en el Comité de Liberación Nacional (CLN, Comitato di liberazione nazionale).

 

   Tras la firma del armisticio el 8 de septiembre de 1943, Alemania invadió el norte y centro de Italia, liberó a Mussolini y lo puso de nuevo al frente de la República. Comienzó entonces la persecución indiscriminada de los judíos. Ester y Lisa, madre y hermana de Primo Levi, se refugiaron por varios pueblos de la zona para evitar que las cogiesen. Levi se unió a ellas en el Valle  d’Aosta (una región al noroeste de Turín), al igual que a la resistencia que operaba en la zona, pero fue cuestión de poco tiempo el que fuese arrestado junto con otros dos compañeros cerca de Brusson y fuese enviado al campo de concentración de Fossoli, en la provincia de Módena.

 

     En febrero del año 1944, el campo fue tomado por los alemanes y Primo Levi fue deportado en un tren hacia Auschwitz junto con otros seiscientos cincuenta judíos. El viaje hacia el infierno duró 5 días y, a su llegada, pudo comprobar la mortífera maquinaria que se había creado en torno a los judíos. Fue marcado en su brazo izquierdo, mediante un tatuaje, con el número 174517. Los hombres eran separados de las mujeres, niños y de sus pertenencias personales. Los gritos que sacudían el aire eran desgarradores. Se les metían en pequeños barracones por la fuerza. A los hombres les tocó el número 30.

 

Campo de concentración de Auschwitz

 

 

     En junio de ese mismo año Levi fue enviado a trabajar como obrero en un equipo de albañiles, hasta que fue transferido a un laboratorio gracias a su formación universitaria como químico. En el momento en que los alemanes evacuaron el campo bajo la inminente llegada de las tropas rusas, Levi, enfermo de fiebre escarlata, fue abandonado a su suerte junto con otros tantos enfermos. El hecho de que los alemanes tuvieran que huir de forma precipitada, les impidió liquidarlos a todos. El resto de los prisioneros que participaron en esa evacuación, conocida como “marcha de la muerte”, fueron trasladados a Buchenwald y Maythasen, donde la mayoría falleció por agotamiento, enfermedad o incluso por asesinatos en más de una de las cunetas de los caminos que atravesaban.

 

     Levi sobrevivió a la enfermedad y estuvo viviendo algunos meses del año 1945 en el campo de tránsito soviético de Katowice, donde trabajó como enfermero. En junio comenzó su regreso a casa, el cual se prolongó absurdamente hasta octubre. Levi y sus compañeros hicieron un trayecto laberíntico que los condujo primero hacia Bielorrusia y luego finalmente a sus hogares en Italia (19 de octubre) después de haber cruzado Hungría, Ucrania, Rumania y Austria.

 

     Muchos judíos con los que fue deportado desaparecieron sin más, sin dejar huella. Levi fue uno de los sólo veinticuatro supervivientes judío-italianos del transporte que regresó a Italia en el otoño del año 1945. En su cabeza se arremolinaban pensamientos y situaciones vividas que quería dar a conocer como testimonio de la barbarie vivida. Eso le llevó a hacer pequeñas y desordenadas anotaciones sobre hechos, pensamientos, conversaciones, cosas vistas, vividas y oídas en Auschwitz. De toda esta necesidad de desahogo surgieron sus obras escritas, manteniendo en todo momento la memoria de lo que allí sucedió y se vivió.

 

Primo Levi en una imagen de 1986  (© Getty)

 

   

     Levi extendió sus vivencias del Holocausto, como si de una labor didáctica se tratase, a través de innumerables centros escolares. Impartió charlas y respondió a las preguntas que los alumnos le hacían. Siempre se mostró combativo contra cualquier intento de minimizar o negar la realidad del genocidio nazi. En uno de sus últimos artículos, “Agujero negro de Auschwitz”, publicado en “La Stampa” el 22 de enero de 1987, criticaba con dureza a los historiadores revisionistas que pretendían atenuar la vileza nazi equiparándola a otras represiones, en especial al Gulag soviético. Levi se mostró terminante: “el genocidio nazi fue una infamia única, sin punto de comparación con ninguna otra, no sólo por su magnitud sino por su finalidad: la aniquilación completa de todo un pueblo, sin excluir a los niños”.

 

     Primo Levi, Trilogía de Auschwitz (contiene: Si esto es un hombre, La tregua, Los hundidos y los salvados), Barcelona, El Aleph, 2009. Página 239: «La manera elegida para la exterminación (al cabo de minuciosos experimentos) era ostensiblemente simbólica. Había que usar, y se usó, el mismo gas venenoso que se usaba para desinfectar las estibas de los barcos y los locales infestados de chinches o piojos. A lo largo de los siglos se inventaron muertes más atormentadoras, pero ninguna tan cargada de vilipendio y desdén».

 

 

Carátulas de la Trilogía de Auchwitz (© Editorial Península)

 

     

     Levi murió el 11 de abril del año 1987. Contaba con 67 años. Parece ser que cayó por el hueco de la escalera desde el cuarto piso en el que vivía. Su madre, por entonces vivía con él en la misma casa. Dado su historial de depresiones, agudizadas en los últimos tiempos, muchos, entre ellos la policía, dieron por hecho que se trató de un suicidio; aunque también hubo amigos que lo pusieron en duda, arguyendo que el escritor se encontraba animado en esos días y con diversos proyectos entre manos, además de que la forma impulsiva y truculenta de morir no concordaba con su carácter discreto; a lo que habría que añadir todavía la posibilidad de que sufriera un mareo debido a la medicación antidepresiva que tomaba.

 

«Primo Levi murió en Auschwitz cuarenta años más tarde», declaró Elie Wiesel.

 

Periódico español «La Vanguardia». Noticia de la muerte de Primo Levi (13 de abril de 1987)

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Edición filatélica conmemorativa italiana con el retrato de Primo Levi y el fondo con los primeros párrafos de su obra «Si esto es un hombre»

 

 

     En una de las muchas entrevistas que concedió a periodistas y medios de comunicación se le preguntó lo siguiente:

 

      ¿Cómo era la comida en Auschwitz?

 

      Pues bien, la comida era el problema número uno. No estoy de acuerdo con quienes describen la sopa y el pan de Auschwitz como infectos; en lo que a mí respecta, tenía tanta hambre que los encontraba buenos y la comida nunca me pareció asquerosa, ni siquiera el primer día. Era miserable, nos daban raciones mínimas, el equivalente de 1.600-1.700 calorías por día; teóricamente, porque en el trayecto había ladrones y, por tanto, las raciones que llegaban hasta nosotros eran inferiores al umbral teórico; digamos que aquello era el racionamiento oficial. Usted sabe que actualmente 1.600 calorías bastan para un hombre poco corpulento y que con eso puede vivir, pero sin trabajar y si permanece echado, mientras que nosotros debíamos trabajar y, además, hacerlo con frío y realizar labores pesadas; en estas condiciones, la ración de 1.600 calorías era una muerte lenta por desnutrición. Después he leído los cálculos que hacían los alemanes. Calculaban que a un prisionero sometido a estas condiciones que sacara recursos del estado en que se hallaba antes de su internamiento, este tipo de alimentación le permitiría resistir de dos a tres meses. (Entrevista a Primo Levi. Regreso a Auschwitz. Letras Libres nº 48, septiembre 2005. Por Marco Belpoliti. Traducción del italiano: Ana Nuño).

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     En su primera obra, “Si esto es un hombre” escribe lo siguiente bajo el título localizado en el índice general como “un día bueno”:

 

“… ¡Qué débil es la carne! Yo me doy perfecta cuenta de cuán vanas son estas imaginaciones del hambre, pero no puedo sustraerme a la ley común, y ante los ojos me baila la pasta asciutta que acabábamos de hacer Vanda, Luciana, Franco y yo, en Italia, en el campo de espera, cuando nos dieron la noticia repentina de que al día siguiente teníamos que salir para venir aquí; y estábamos comiéndola (estaba tan buena, amarilla, sólida) y la dejamos, necios de nosotros, insensatos: ¡si hubiésemos sabido! Y si ocurriese otra vez… Absurdo; si hay una cosa segura en el mundo es ésta: que no nos sucederá otra vez”.

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     ¡Lo que hace el hambre! Como podéis leer en este capítulo cuando Levi fue avisado que tenía que dejar al día siguiente y por la fuerza su lugar de origen, estaba elaborando con unos amigos un plato de pasta asciutta. Podemos ver cómo la describe incluso como una pasta buena, amarilla y sólida. Desde la cocina de El Platillo Comilón hemos querido elaborar un plato de pasta en homenaje del siglo XX; un personaje que sobrevivió a la perversión de la barbarie humana.

 

     El término de “asciutta” hace referencia a la forma en que los italianos preparan la pasta, es decir, cómo primero la cocinan con agua hirviendo con sal para luego, una vez llegado al punto justo de cocción, conocido como “al dente”, escurrirla con un colador. Es decir, el término solo nos indica la preparación inicial de la misma. En la antigüedad esta era considerada la comida de los pobres, ya que los ingredientes que la acompañaban eran muy escasos.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

http://www.primolevi.it/Web/Italiano/Contenuti/Biografia/110_Cronologia

http://www.primolevi.it/Web/Italiano/Contenuti/Opera/120_Traduzioni/280_Spagnolo

  • Artículo: “Agujero negro de Auschwitz”, publicado en el periódico “La Stampa” el 22 de enero de 1987 (Primo Levi).
  • Myriam Anissimov: Primo Levi o la tragedia de un optimista. Editorial Complutense (2001).
  • Si esto es un hombre, El Aleph, 1987 (Traducción Pilar Gómez Bedate): crónica en lenguaje mesurado y sobrio de la espera de la nada, la privación cotidiana, el olvido de la condición humana de los prisioneros de los campos de exterminio nazis.
  • La tregua, Alianza, 1988 (Traducción Carmen Martín Gaite): relato picaresco de las tribulaciones de un grupo de italianos, liberados de los campos nazis, que recorren durante meses los caminos de Europa central en compañía del Ejército Rojo.
  • Los hundidos y los salvados, El Aleph, 1989 (Traducción Pilar Gómez Bedate): un ensayo en el que Primo Levi trata de comprender las condiciones y circunstancias que permiten la degradación del ser humano.
  • Trilogía de Auschwitz (contiene: Si esto es un hombre, La tregua, Los hundidos y los salvados), Barcelona, El Aleph, 2009.
  • Entrevista a Primo Levi. Regreso a Auschwitz. Letras Libres nº 48, septiembre 2005. Por Marco Belpoliti. Traducción del italiano: Ana Nuño. El texto de la entrevista, realizada ante las cámaras en junio de 1982, había permanecido inédito hasta su transcripción por Marco Belpoliti y su edición en 1998 en un volumen colectivo a cargo de Francesco Monicelli y Carlo Saletti.
  • Artículo del periódico español «La Vanguardia». Noticia de la muerte de Primo Levi (13 de abril de 1987): Se suicida en Turín Primo Levi, escritor italiano de origen judío.

 

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